2005 - Luis Cayo Pérez Bueno

2005 - Luis Cayo Pérez Bueno

Queridos amigos:

Agradezco la hospitalidad de la Fundación 1000 y de su Directora, Doctora Martínez-Frías, que me han ofrecido esta página inicial de su órgano de expresión para compartir alguna perplejidad sobre eso que venimos llamando prevención. A diferencia de otros invitados anteriores, reputados especialistas médicos, investigadores, o responsables públicos sanitarios, poco o nada voy a poder apenar sobre las cuestiones médicas o sanitarias conectadas con el objeto de la Fundación 1000. Carezco de la mínima cualificación para ello, por lo que me limitaré a aquello sobre lo que tengo alguna noción o, noticia.

En estos momentos -primera semana de febrero de 2005- se trabaja en Nueva York, en el seno de la ONU. en los preparativos de lo que podrá ser en el futuro una Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad. Será -si finalmente se hace efectivo- el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante de escala mundial dedicado a la lección amplia e integral de los derechos de estas personas, un 10%, al menos, de la población. Pues bien, por lo que parece, dicha Convención va a omitir cualquier mención a la prevención de las deficiencias o de la discapacidad. No es un descuido o una imprevisión, no, se trata de una omisión deliberada.

Determinadas personas, no hay por qué ocultarlo, sobre todo en el movimiento asociativo articulado de la discapacidad, mantienen reservas respecto de la prevención médica de las discapacidades, tal como se ha venido conociendo. No es el momento de entrar aquí en examinar los fundamentos filosóficos, éticos y políticos en los que basan tales reparos. Prevenir, en esa concepción, lleva implícito el juicio de que aquello que se trata de evitar es malo o, al menos, no deseable. Es un juicio negativo tácito acerca de las personas que, por no haber sido objeto de prevención, presentan ahora una discapacidad. Se entiende que algunas de estas personas puedan no ver con buenos ojos el dispositivo preventivo que les dice que lo que son o presentan no es deseable.

Ante esto, que ya deja sentir sus efectos prácticos, por ejemplo, en el hecho de que la Convención de la ONU ni siquiera aborde la prevención, se cambia la perspectiva y se habla de prevención amplia: de evitar la generación de entornos, prácticas y actitudes discapacitantes. En esta visión, la discapacidad no es tanto un hecho personal como una situación inducida por el entorno. Prevengamos entonces los entornos hostiles.

Se trata de ideas nuevas, o poco conocidas, todavía, pero son índice de un debate moral que está lejos de haber concluido.

2005 - Luis Cayo Pérez Bueno
Director Ejecutivo del CERMI Estatal