Efectos que sobre la reproducción tienen las substancias ocupacionales de los padres

Una de las preguntas que se van haciendo más frecuentes en los últimos tiempos se refieren a los posibles riesgos que pueden tener las substancias que se utilizan en el medio de trabajo durante la gestación.

La inmensa mayoría se refiere a los riesgos derivados de la ocupación de las mujeres embarazadas, y prácticamente ninguna se refiere a los efectos sobre la reproducción debidos a las substancias ocupacionales del padre. Sin embargo, sabemos que ciertas substancias (tanto químicas, como físicas e infecciosas) pueden causar problemas en la reproducción humana, no sólo porque lleguen al embrión y feto a través de la madre (por inhalación, absorción por la piel, o contaminación de los alimentos), sino a través del padre. Es cierto, que desde el mismo inicio del embarazo es necesario extremar las medidas de protección de la mujer trabajadora, pero también es muy importante proteger al hombre.

Debido a que la formación de los espermatozoides es un proceso joven que dura prácticamente toda la vida del hombre, un inadecuado control de las dosis de exposición a las substancias ocupacionales tóxicas, podrían producir alteración de la formación de los espermatozoides, tanto en los aspectos genéticos (dando lugar a mutaciones de genes y alteraciones cromosómicas), como en la morfología, viabilidad y capacidad de movimientos de los espermatozoides, y en la densidad y calidad del liquido seminal. Todas esas anomalías darían lugar a que se produzca un incremento del riesgo para problemas reproductivos (infertilidad, abortos, malformaciones congénitas...) de origen paterno. Por otro lado, como muchas de las substancias químicas se excretan en el líquido seminal, existe la posibilidad teórica (ya que no se ha confirmado por dificultades metodológicas) de que se pudiera contaminar a la mujer embarazada en las relaciones sexuales, lo que podría incrementar cl riesgo para el embrión y feto.

Es necesario tener presentes estos aspectos, sobre todo en la evaluación de parejas con abortos de repetición o con algún niño malformado. Y sin embargo, son aún muy pocos los médicos que preguntan por las ocupaciones paternas y maternas, cuando se encuentran ante una pareja con problemas reproductivos.