2000 - Ana Botella
Queridos amigos:
Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda la Fundación 1000 para, desde esta ventana de la revista, enviar un saludo a todos los colaboradores y patrocinadores de la Fundación y agradecerles su trabajo y dedicación en la investigación sobre los defectos congénitos.
El 97 por ciento de los bebés nacen sin ningún defecto mayor, pero el 3 por ciento restante tiene defectos congénitos que pueden ser heredados de los padres, pueden ser consecuencia de una infección intrauterina, o de la existencia de factores de riesgo en la madre, como el consumo de drogas o alcohol.
Para cualquier mujer los meses del embarazo son una etapa transcendental en su vida. Tanto el padre como la madre, viven esos nueve meses con esperanza e ilusión y también con angustia e incertidumbre. Las preguntas sobre cómo será el bebé, si estará sano, si tendrá alguna malformación, pueden llegar a convertirse en una obsesión. Devoran todo tipo de información sobre las posibilidades de diagnóstico prenatal y exámenes médicos para averiguar el estado de los niños no nacidos.
Para estas madres y padres la prevención es una vía para evitar casos de malformaciones. Informarse, conocer las medidas que se pueden tomar para prevenir cualquier tipo de malformación es un paso importante tanto para el desarrollo del feto como para la tranquilidad de los padres.
Muchos de los casos de defectos congénitos pueden prevenirse. Hay por lo tanto una responsabilidad de la sociedad y de la clase médica para dar a conocer las medidas de prevención, que pueden ser sencillas a la hora de adaptarse, y muy efectivas para prevenir malformaciones.
En estos inicios del nuevo siglo, y desde esta página, deseo a la Fundación 1000 el mayor de los éxitos para sus trabajos porque su éxito contribuirá a mejorar la calidad de vida de los niños y por lo tanto lograr una sociedad más justa y más feliz.
Un abrazo muy fuerte a todos.
2000 - Ana Botella